Desastre de amor

 



Damián y Aurora eran una pareja de universitarios que cursaban la carrera de medicina, en la cual se conocieron porque realizaban una investigación de anatomía humana. Desde el primer momento que hablaron, se dieron cuenta de que a los dos les apasionaba la medicina. Entre risas y disgustos, lograron terminar su investigación en la cual Damián mostró demasiado interés por el tema investigado.

 Aurora era una joven de 19 años de tamaño promedio de 1.56, cabello negro, piel blanca, muy carismática con un gusto particular por la medicina. Ella desde pequeña deseaba convertirse en una gran doctora con el fin de poder ayudar a muchas personas. Damián era un chico de 21 años, era alto, media 1.80, piel morena y era calvo debido a que en su niñez padeció un tipo de cáncer muy agresivo, dicha enfermedad fue la que lo motivó a estudiar medicina.

 Los años pasaron y la pareja de estudiantes culminaron sus estudios y durante ese tiempo ellos se enamoraron y prometieron unirse en matrimonio. Durante esas etapas, Aurora se dio cuenta de que su pareja padecía de un trastorno de inseguridad, él era muy celoso, pero aun así ella lo amaba hasta el punto de que después de casarse se fueron a vivir juntos.

 La universidad, al ver sus cualidades como profesionales, les ofreció trabajo en dos prestigiosos hospitales donde Aurora se especializó en Fisiatría mientras que Damián se especializó en Patología forense. Poco a poco, Damián inició a ser cada vez más celoso y creaba historias locas en su cabeza sobre que su amada le estaba siendo infiel.

 Una noche, mientras compartían una comida juntos, él inició a reclamarle porque la había visto abrazar a un colega. Fueron tantos sus celos en ese momento que Damián agarra brazo y la llevó hasta la casa. Mientras comían, él se alteró demasiado hasta el punto de llegar a golpearla.

Pasaron varios encuentros así, ella ya no se sentía cómoda con él. Entre llantos, le dijo que ya no quería estar con el , que no se sentía cómoda al ser lastimada por el ser que amaba. Él, en ese momento, se agarró la cabeza y gritó "si no eres para mí, no serás para nadie". Luego, agarró un cubierto con el cual le cortó la garganta, arrebatándole la vida. Mientras ella se desangraba, él la tomo en brazos y, dándole un pequeño beso en la frente, le susurró al oído "te amo, pero no estoy ni estaré dispuesto a compartir a mi ser amado".

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